Desde el Centro Asistencial en esquina de calles Pueyrredón y Eduardo Arias, recalcaron la difícil realidad del consumo de drogas, apuntando que los mismos adolescentes que llegan buscando ayuda, cuentan qué en sus momentos más difíciles, resulta fácil acceder a una bochita, pasta base o al alcohol.
En muchos casos, dijo la licenciada Cecilia Olivera, los chicos caen en una suerte de abandono con sus indecisiones y momentos difíciles, con padres entregados a las horas de trabajo descuidando la atención de los hijos. La salida, la calle con acceso a las drogas, alcohol y malas juntas.
Hay situaciones de estudiantes de secundario que no ingresan a los establecimientos y directamente se alejan para consumir sustancias.
En el Centro Asistencial TINKU, trabaja a pleno el equipo de profesionales que abordan la problemática, convocando Olivera a los papás para que se acerquen apenas noten una situación anormal o sospecha del consumo en la familia y, los mismos jóvenes que se ven muchas veces fácilmente en situación de encierro psicológico, que acudan a la institución.