La Brigada de Investigaciones de la policía rodeó el domicilio, según relató Cristian, un vecino del barrio Libertad. Durante el allanamiento, los agentes reventaron las puertas en busca de objetos robados, mientras los niños de la familia gritaban dentro de la casa.
Sin embargo, hubo un error. El papel de la orden judicial que autorizó el allanamiento mencionaba el nombre de una persona que vive a dos casas de distancia, explicó Cristian. A pesar de esto, los efectivos hicieron caso omiso y lo golpearon en el suelo, arrojando objetos y rompiendo puertas, mientras los niños seguían llorando y gritando.
Una mujer les gritaba: “¡Callate!”. Finalmente, parecieron darse cuenta del error y quisieron “plantar” pastillas en su posesión. Cristian respondió: “Pueden poner lo que quieran, pero me someteré a un examen de sangre para demostrar que no consumo alcohol ni drogas”.
Después de esta lamentable situación, Cristian presentó una denuncia y se espera que se tomen las medidas judiciales correspondientes.